La historias, así como las películas siempre traen un aprendizaje dinámico que se va perfilando a través de la relación y la evolución de sus personajes. Como los que sabemos astrología, vemos el mundo con esa lente, es normal utilizar un lenguaje astrológico para -de-codificar la moraleja de cualquier obra o experiencia de la vida. Racionalizar un acontecimiento, ya sea ficticio o real, es ponerle palabras y crear un discurso que ayuda a nuestra mente a entender, profundizar y poder aceptar lo ocurrido. A veces con la idea de no replicar una vivencia dolorosa.
Esta vez vengo a hablarte de la película de “La Abuela”, largometraje del género terror del español -y paisano- Paco Plaza. Debe ser que tengo Plutón en casa V que desde siempre me ha gustado ver cine de terror, y aunque sus películas anteriores viraban más hacia el género gore, he de decir que he visto una maduración del director en esta obra. No es de extrañar cuando el terror que construye gira en torno al arquetipo de Saturno.
¿Casualidad que en su día de estreno Venus estuviera retrogrado en Capricornio y el Sol en conjunción a Saturno?
El argumento de La Abuela
Susana tiene que dejar su vida en París trabajando como modelo para regresar a Madrid. Su abuela Pilar acaba de sufrir un derrame cerebral. Años atrás, cuando los padres de Susana murieron, su abuela la crio como si fuese su propia hija. Susana necesita encontrar a alguien que cuide de Pilar, pero lo que deberían ser solo unos días con su abuela, se acabarán convirtiendo en una terrorífica pesadilla.
Dos arquetipos enfrentados
Susana, la protagonista, encarnada por la actriz madrileña Almudena Amor, se dedica al superficial mundo de la moda. Trabaja con la belleza, que es la cualidad de la diosa/planeta Venus. Además es joven y vive en París, la ciudad del amor, cosa que se le atribuye también a Venus.
Por el contrario, su abuela está limitada por la edad, por un cuerpo ya deteriorado, y por una mirada fría que no deja de recordar al cuadro de Goya, el de Saturno devorando a sus hijos. Saturno es el dios/planeta del tiempo y de los límites de la física. Vive sola en un edificio destartalado del centro de la ciudad. Claramente la abuela de la protagonista encarna el arquetipo de Saturno.
La batalla entre Venus y Saturno
En astrología son planetas que no se suelen llevar bien, pues son de naturalezas muy diferentes. Mientras Venus busca el disfrute y la creatividad, Saturno ejerce del maestro estricto que enseña a ser moderado, austero y conservador.
Los aspectos entre estos dos planetas en la carta natal no son sencillos, y pueden generar una sensación crónica de frustración en sus nativos. Saturno puede limitar los deseos, enfriarlos o volverlos demasiado complicados.
La involución de un Venus saturnizado
Cuando Venus es tocado por Saturno pueden suceder cosas buenas y cosas malas. El inicio del film nos muestra una manera constructiva y benevolente de integrar ambas energías con su protagonista disciplinada en su trabajo como modelo en París. Si Saturno fuera un buen adjetivo para Venus, éste sería “responsable”, “trabajador”, “práctico”, ¿con qué? Con los temas de Venus, como lo son “la belleza”, “la moda” y “los cánones sociales”. Podríamos entender la posición de la protagonista al inicio de la historia como una conexión armónica entre ambos planetas: Venus y Saturno en sextil, en trígono, o incluso en conjunción.
La película avanza con un momento traumático que hace que la relación de estos dos planetas se desequilibre. Es entonces cuando cobra fuerza Saturno. Esto ocurre con una llamada telefónica a la nieta, en la que la advierten de que su abuela ha sufrido un accidente, está muy grave y va a necesitar cuidados muy severos. Esto marca un antes y un después en la Venus responsable y disfrutona, pues Saturno le exige ser aún más responsable, a costa de sacrificar su esencia venusina: la del trabajo como modelo y la renuncia a su vida en París.
Una segunda parte del film nos acerca a la energía pura y dura de Saturno: encierra a la Venus en su morada y la obliga a estar responsabilizándose de sus necesidades, fruto de la vejez. Esto podría entenderse como una enseñanza por destino, un enfrentamiento energético, o lo que sería lo mismo: una oposición entre Venus y Saturno.
No sigas leyendo si no has visto la película pero quieres verla.
La maldición de un Saturno mal integrado
Hay que pensar que los dos personajes son arquetipos encerrados en una misma persona, como ocurre con los viejos mitos. De este modo y posicionándonos en el lado de la anciana, vemos que hay algo de Saturno que no funciona bien.
En la vivienda de la anciana hay referencias a que fue una joven hermosa. Por otro lado hay pistas suficientes que apuntan a que nunca aceptó su vejez: los espejos de la casa han sido quitados de la vista y los relojes están parados. No aceptar sus propias limitaciones provoca que sea Venus -su nieta- quien cargue con ella. En una oposición planetaria, todo lo que no se reconoce como propio, se proyecta al planeta de enfrente.
Tomando conciencia del conflicto
Para Susana, todo parece ser pasajero y que se solucionará. Pero cada vez es más consciente de que la situación con su abuela es grave, de hecho retrasa su vuelta a París en varias ocasiones.
Pero quizás, el momento en el que cobra mayor consciencia del conflicto con Saturno es cuando entra en la habitación de su infancia y busca su diario de la infancia.
Este cuadernillo habla del pasado y de su abuela (Saturno) y tiene dibujos y colores (Venus). Leyendo el diario recuerda cómo vivía con su abuela desde pequeña a causa de un accidente en el que perdió a sus padres. Se describe un cumpleaños en el que conoció a una amiga de su abuela y a su nieta, y cómo ese día tuvo pesadillas con su abuela y empezó a tenerle miedo. A medida que pasa las páginas del cuaderno, los dibujos van tornándose oscuros hasta llegar a una página completamente en negro. A partir de ahí sabe que hay algo oscuro en su abuela, y que no la va a dejar volver a su vida venusina tan fácilmente. Para mí, esta escena marca la toma de conciencia de la realidad, lo que podría ser un tránsito de Saturno sobre el Venus natal, o un retorno de Saturno a los 29 años. Susana sabe que ella también envejecerá, y que todo lo que tenía gracias a Venus terminará por marchitarse.
Una lucha de identidad
Hay una escena terrorífica en la que Susana despierta en la cama de su abuela aterrorizada, y descubre que durante la noche se han intercambiado los dormitorios sin su consentimiento.
El cumpleaños de Susana y el de su abuela son el mismo día, eso significa que tienen el Sol en el mismo signo. El Sol habla de identidad, y me da que perfectamente podría haber tenido una cuadratura-oposición entre Saturno y Venus. Pues la dificultad de integración de la identidad siempre marcaba un conflicto entre estas dos energías. Tanto en la abuela que rechaza su vejez como en la nieta que teme a su abuela -y simboliza su propia vejez-.
Un desenlace fatídico
Al principio del film, Susana muestra preocupación por Pilar, pero a medida que el conflicto se hace evidente, aflora el terror en ella por perder su vida, su juventud y sus cosas de Venus. Es entonces cuando decide no responsabilizarse de su abuela, e incluso deja que se ahogue en una escena cerca del final. Pero lejos de ahogarse, ésta parece haber puesto a prueba su responsabilidad para/con ella. Pues queda claro que quiere librarse de la carga de cuidarla.
Es justo aquí cuando la abuela muestra su faceta más oscura y parece revelarse contra Venus. Se ríe de ella, la lleva al límite, y parece estar “asesinando” todas las vías de escape posible para su nieta. Muere la cuidadora y se incendia la residencia… Saturno trama algo que se escapa de la comprensión de Venus. Más sabe el diablo por viejo que por diablo.
Al final, Susana descubre que el plan de su abuela por arrebatarle la vida viene de tiempo atrás, incluso antes de la muerte de sus padres. Se revela que la causa de todas sus desdichas es culpa de su abuela/Saturno.
Parece ser que Pilar y una amiga siempre estuvieron enamoradas y no pudieron dar rienda suelta a su amor, tal vez por los tiempos en los que se conocieron y la poca aceptación que había hacia las personas homosexuales. Claramente hubo un bloqueo de Venus por expresar el amor, una juventud reprimida por la sociedad (Saturno).
Entre tanta represión idearon un “pacto de amor”, y trazaron un plan en el que tendrían descendencia únicamente para arrebatar el cuerpo de sus nietas y poder vivir una segunda juventud y una forma menos limitada de expresar el amor que se tenían. Esto a costa de la vida y la felicidad de otros, de su propia descendencia. Saturno actúa a menudo desde el terror, y el terror es contrario al amor, y a la expresión natural de la vida.
La película termina con la conclusión del ritual en el que los cuerpos de la abuela y la nieta se intercambian. Saturno se apodera de Venus perdiéndose a sí mismo, relegándose a las sombras y condenándose a resurgir en cualquier momento. Pues aunque Pilar termine la película siendo joven, el tiempo no perdona y volverá a vivir la vejez.
La moraleja: la aceptación y expresión de cada tiempo
La moraleja puede justificarse bidireccionalmente: las culpables del final son la abuela, pero también la nieta por sucumbir a la parte oscura de Saturno.
La abuela nunca se atrevió a expresar el amor, y le generó un miedo atroz al paso del tiempo y a la vejez. Quedó anclada en los valores de Venus, pero no los expresó con naturalidad.
Por otro lado, la nieta comienza encarnando a Venus, se enfrenta a Saturno y no termina de aceptarlo. Repitiendo la misma historia que su abuela. Susana permite que su abuela le haga eso, podría haberlo evitado, pero sucumbe a la parte más oscura de Saturno: el terror y la no aceptación de las responsabilidades como individuo. Su responsabilidad era volver a su vida una vez se ocupara de la gestión del cuidado de su abuela, no cargarse ella misma de esto impidiendo su maduración como individuo.
Saturno bien trabajado hace que aceptemos el tiempo y nos brinda las herramientas necesarias en cada momento de la vida
Trabajando el aspecto Venus-Saturno
El conflicto descrito en esta película se manifestará en las personas cuya carta natal tenga aspectos entre Venus y Saturno.
Si es tu caso, deberías aplicarte la moraleja y hacer que estas dos energías cooperen, se acepten y se integren sin relegar a ninguna. Esto puede ocurrirte si tienes Venus en Capricornio, o Saturno en Tauro o Libra. También si tienes aspectos entre Venus y Saturno (especialmente conjunción, cuadratura y oposición).
Un Saturno sano dice que “se puede tener todo pero no al mismo tiempo” y una Venus sana dirá que “se encuentra belleza en todas las etapas de la vida”.
Cooperar con estas energías es trabajar concienzudamente los valores venusinos, como Susana al inicio del film. Es sano vivir un amor comprometido, responsable, estable y constructivo. Las relaciones amorosas de estos nativos deben ser comedidas, duraderas y dar frutos en el plano material. También se recomiendan las actividades que fusionen la dureza material con la belleza y el arte, como la construcción de esculturas, la arquitectura, la alfarería o el diseño de espacios y viviendas. Si se maneja bien esta combinación de energías, surgen habilidades para dar forma a los deseos, y facilidad para trabajar en el arte, con mujeres o en relaciones.
Si no quieres enfrentarte a Saturno no lo rechaces ni lo abraces en exceso, recuerda que la virtud está en el equilibrio.